Hablamos con Sandra García Holguín

Educadora y técnico en integración social

15-02-19

Sandra lleva tres años trabajando en Villaviciosa de Odón. En la actualidad trabaja a través de las AMPAS en el CEIP Laura García Noblejas y en el CEIP Gandhi y también con los servicios sociales municipales. Está desarrollando un novedoso proyecto educativo “Escuela de formación vivencial: transformando caminos educativos” que se centra en trabajar tanto con los niños, adolescentes como con las familias. A día de hoy esta creando “Escuelas de Familias” donde ayuda y aporta a los padres las herramientas y habilidades necesarias para que la crianza y educación de los hijos sea más fácil. Esta actividad se esta realizando  dentro de los propios centros educativos. Las edades comprenden la franja de los 5 a los 14 años, divididos en dos grupos de edad.

¿En qué consiste este proyecto educativo de Escuelas de Familia?

Reunimos a los padres durante dos horas al mes y comenzamos por trabajar herramientas positivas que puedan aplicar en su día a día para facilitar la convivencia en el hogar . En estas reuniones trabajamos con herramientas de disciplina positiva, inteligencia emocional y psicología positiva, dándole un carácter eminentemente vivencial y participativo.

El sentido de pertenencia es muy importante desarrollarlo en la dirección correcta y es uno de nuestros pilares de trabajo, tanto para con los padres como para los niños y jóvenes.

 

En tu proyecto ¿cómo se contempla la pérdida de valores que está sufriendo nuestra sociedad?

Si. El sentimiento de pertenencia y respeto son valores que están casi perdidos (pertenencia a tu entorno, a tu familia, a tu colegio,  a tu pueblo, a tu país…).  Este sentimiento de pertenencia unido al respeto son los valores que  arman al individuo para relacionarse en sociedad y conseguir una convivencia armónica. Si la persona siente que pertenece a algo y lo respeta, por ese mismo sentimiento la convivencia mejora notablemente.

También trabajamos en estos grupos la autoestima, el empoderamiento, puesta de límites de forma respetuosa, todo para apoyar la defensa de los valores que son fundamentales para la convivencia.

Estas técnicas que impartes entre los padres de alumnos ¿son extrapolables al resto de la sociedad?

Por supuesto que se pueden trabajar este tipo de técnicas en otros ámbitos de la vida.

La crispación que vive la sociedad ¿parte de esta pérdida de valores?

Esta crispación es responsabilidad de cada uno de nosotros. Si no asumimos las responsabilidades que tenemos para hacer un cambio en esta sociedad, la sociedad irá a peor desde mi creencia.

Asumir responsabilidad, parece algo totalmente en desuso. Nos estamos acostumbrando a echar la culpa de todo a los demás,  a la sociedad en general, al jefe, al vecino, al político…

No estamos acostumbrados porque no nos enseñan a hacerlo. Yo animo a los padres  a que enseñen a sus hijos a tener responsabilidades. A que se deben aprovechar los fallos y errores como oportunidades de cambio que te da la vida para mejorar. Es necesario cambiar nuestro sistema de creencias para aprender a ser responsables, a ser respetuosos con nosotros mismos y  con los demás.

¿Crees que la pérdida de los valores religiosos está debilitando nuestra sociedad?

La sociedad está cambiando, y si la institución religiosa no se va adaptando, esta influencia se va perdiendo. Lo que antes funcionaba ahora ha dejado de hacerlo.

Los valores humanistas cristianos que han sido durante siglos los pilares en los que se han basado nuestra sociedad y se están perdiendo ¿por qué valores crees que se están sustituyendo? 

Creo que esos pilares están, lo que pasa es que para cada uno son diferentes pero son todos respetables, el tema es potenciar esos pilares y dotarle de herramientas para su desarrollo. Yo confío en la humanidad pero hay veces que la humanidad no sabe como hacerlo y se siente perdida.

Nosotros individualmente somos responsables de que esos valores que arman una sociedad no desaparezcan. La base la tenemos, nos lo han dado nuestros padres y abuelos.

La sociedad de antes estaba muy basada en una educación sumisa, donde el miedo al castigo era la herramienta fundamental de la educación.

Para esto yo propongo el modelo de disciplina positiva, donde al menor se le presentan unas oportunidades de acción siempre dentro de unos margenes que se ajustan a una normativa social y a una actitud de respeto hacia en otro para con ello generar la habilidad de responsabilidad en los menores. Esto ayudara al aprendizaje, “en función a lo que hagas vas a obtener unas consecuencias que son tu responsabilidad”

En la sociedad siempre nos vamos a encontrar con limites, necesarios para una convivencia saludable y armoniosa. Pero hay limites en la educación que podemos negociar con nuestros hijos  siempre desde el respeto mutuo (respeto para el niño y también para el padre/madre). Tenemos que enseñar a nuestros hijos a dialogar, a negociar, a respetar la opinión del otro, a saber que no se gana siempre, también a perder; de esta manera estaremos enseñando a nuestro hijo a vivir.

Todo esto depende en que podamos crear una sociedad que no esté basada en el miedo a la represión, sino en la libertad con respeto.

Para lograr esto con nuestros hijos los primeros que se tienen que reciclar son los padres.

¿Cuál es tu opinión sobre la dependencia de los menores respecto a los instrumentos tecnológicos como móvil, tablet, ordenadores, video juegos…?          

¿Dónde están los padres mientras los hijos pasan horas enganchados? La falta de tiempo y dedicación a los hijos es una gran parte del problema, unido a la facilidad que te brinda el móvil de estar conectado. Este problema no es de los niños, somos los adultos los que enseñamos a los menores esta dependencia, sobre todo del móvil. Resulta chocante ver a parejas compartiendo una mesa en un bar sin prestarse la mínima atención, sólo pendientes de la pequeña pantalla de su móvil. Seguimos siendo nosotros los responsables.

En este caso es necesario arbitrar los momentos en día en los que dejemos de lado todos estas herramientas tecnológicas, y aprovechar esos momento para enseñarles a vivir, a compartir, a experimentar, a preguntar…

Es fundamental tener tiempo para dedicárselo a nuestros hijos, aunque sean cinco minutos, este tiempo marca la diferencia.

¿Qué piensas de la sobreprotección  con la que algunos padres educan a sus hijos?

Hay que educar en la libertad responsable, recordándoles que todos los actos tienen consecuencias, no podemos estar toda la vida sobreprotegiendo a un niño para que no le pase nada. Es importante más que sobreproteger, acompañar y eso el adulto le cuesta hacerlo, en muchos casos porque no sabe como hacerlo. 

El acto de acompañar recoge diferentes acciones como: escucha activa, apoyo, respetar los “errores” del otro y ayudarle a que lo transforme en oportunidades, orientar, motivar, inspirar…

Y para todo esto muchos adultos es necesario que trabajen en profundidad para aprender hacerlo, yo siempre digo: “recordar, Nosotros somos espejos donde se miran nuestros hijos, si nosotros no mostramos todas estas cosas a ellos, ellos no aprenderán a desarrollar estas habilidades”

Para finalizar decir que considero que las familias de ahora están educando a sus hijos como saben y pueden, que creo que la educación es una ardua tarea que no debe ser juzgada. Eso sí, animo a todas las familias que si en este momento las herramientas que estén utilizado no llegan al objetivo deseado, busquen formas de aprender nuevas herramientas para poder enseñar, educar y acompañar a sus hijos en su camino de vida. 

“Educar a los niños para que sean adultos de éxito es nuestra responsabilidad como adultos”

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