María Luisa y "Las hadas de Villavicosa de Odón"

Hoy el espíritu de María Luisa habita en los rincones de Villaviciosa; en una tumba pequeña, junto a su marido el poeta Luis Felipe Vivanco, de nuestro cementerio, con “vistas a la sierra”(en 1945 se casó con el poeta Luis Felipe Vivanco) pero para mí, la huella de sus pies parten del paseo de los poetas del jardín Histórico seguidas de pequeños piececitos de mil niños corriendo hacia el Forestal, donde al atardecer, los árboles, el sol y las flores cuentan un viejo cuento de hadas.

Si hablo en este pueblo de “hadas" muy pocos saben quién fue María Luisa Gefaell y alguno me señala la fuente de la Avenida Príncipe de Asturias.

Pero si pregunto ¿cuántas son las hadas? pocos contestan que diez.

Las Hadas de Villaviciosa de Odón hoy descatalogado fue publicado en 1953, es un cuento ilustrado por Benjamín Palencia, con una original interpretación de las experiencias de sus tres hijos y las suyas propias durante los veranos en la naturaleza más cercana: Las hadas del mar, las hadas del sol, las hadas del agua de riego, las de la sierra, las hadas propias de Villaviciosa; las hadas del Monreal, las del viento del oeste, las del melonar; las hadas de la luna, de la música, diez relatos concluyendo en septiembre, al final del verano, con las hadas de la tierra.

María Luisa fue capaz de ver las cosas de diferente manera que las vemos los demás y llenó de hadas un pueblo que nunca dejará de ser mágico...

En 1950 había obtenido el premio nacional de literatura infantil con una colección de cuentos infantiles:“la princesita que tenía los dedos mágicos”, premio que trajo la aparición de nuevas actitudes creadoras, introduciendo elementos actualizadores a los planteamientos clásicos de los cuentos para niños.

Según palabras de María Luisa ella escribía para los niños y para los mayores sin embargo solo los niños se detienen a escuchar.

“Debo advertir que cuando yo escribo, lo hago para todo el mundo y no distingo entre el niño y el adulto. Lo que ocurre es que en este mundo de prisas en que vivimos, son los niños los que se detienen a escuchar.”

Tal vez es en la narración: “la cueva de Villaviciosa de Odón” que se inicia con un dialogo muy ágil para contar una serie de viajes imaginarios entre hermanos y que se ambienta en una cueva que aún se encuentra, en la Casa Enma, donde pasaba sus veranos, nazca el aire del cuento "las hadas de Villaviciosa de Odón" sobre lugares conocidos de sus veraneos.

María Luisa retorna a veces con el viento del Oeste en las noches de luna y en los ojos de un niño que escucha un cuento; esos cuentos que nos preparan para la vida.

María Luisa Gefaell nació en Madrid el 5 de noviembre de 1918 de padre vienés y madre española. Estudió música y se especializó en Munich como concertista de instrumentos antiguos •