El espectro de Godoy ya preside nuestro pleno

Redactado por: El Afilador
18-02-22

Hace más de dos siglos que el villaodonense consorte Manuel Godoy no vio los límites que su humilde origen, su insuficiente cultura y su ambición desmedida suponían tanto para su dignidad como para su integridad.

Le ayudó en su ascenso el contraer matrimonio con la Condesa de Chinchón, Señora de Villaviciosa, a la que no tuvo reparos en traicionar en múltiples ocasiones, desde el altar hasta el lecho marital. Sus peligrosas relaciones con Carlos IV y su reina esposa, le proporcionaron presidencias, títulos y fortuna, mas al soportarse sobre la cornúpeta traición a la esposa que lo aupó, a la postre significaron su ruina.

El infame Godoy se prodigó en felonías políticas y morales, propias de un arribista sin escrúpulos. No fue capaz de aprovechar ni un solo momento de su mandato para realizar alguna aportación de valor hacia sus súbditos o para legar un solo éxito a nuestra histórica memoria. Godoy solo supo multiplicarse en honores, prebendas, fiestas y salones, el instagram de aquel momento, y que tuvieron por triste epílogo la expulsión de la Señora de Villaviciosa de la corte real y el odio del pueblo hacia su negligente gobernante.

Hartos de tanta desvergüenza y felonía, y antes de una nueva traición a favor del ambicioso Napoleón, el sabio pueblo aprovechó el vodevil pro-fernandino del motín de Aranjuez para derribar a Godoy como espantajo grotesco. Su caída en desgracia se inició con su encarcelamiento en nuestro castillo, que ofrecía respecto de otras prisiones una fortaleza difícilmente expugnable para los invasores gabachos.

Completada la invasión, aislada Villaviciosa de sus ya alzados compatriotas y convecinos, y en pago a sus traiciones a favor del Corso, los franchutes le excarcelaron de nuestro Castillo y rápidamente le expatriaron a Bayona, donde inició su carrera infinita de espectro político infame, así como de estereotipo popular de la perfidia del gobernante.

Es ahora cuando la sombra de este espectro parece de nuevo enseñorearse en nuestra querida villa. Nuestro Pleno muerto, nuestro presente oscuro, nuestro futuro en vilo. No nos esforcemos en buscar la analogía; aquí y fuera de Villa, la traición y la felonía, son promesa de ruina para el inconsciente que las acaudilla•

Manuel Godoy Tudó

Raúl Martín Galán

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