OPINIÓN
¿Y si en lugar de vigilar al concejal, el Alcalde hubiera vigilado el CITO y los medios que financia?
Rondaba ya la hora quinta de la insoportable retransmisión del último pleno, mientras proliferaban las interferencias como si de un comité popular se tratara, cuando un concejal de la malograda lista popular rogó al alcalde Martín Galán que enriqueciera su representación en las sesiones de trabajo con algo más que el exiguo teniente Lucero. Preso de la ira, el Alcalde coló en su disparatada réplica la insensatez de jactarse de conocer los movimientos del concejal en los extensos límites de Villaviciosa.
No deja de ser una constatación más de que la animadversión, envidia y celos del alcalde Martín Galán a demasiados concejales de la lista popular, por ahora al menos a Martínez, Tortajada y Cocho, nos ha privado de contar con la lucidez, educación y mesura que evitase el despropósito diario que el equipo de gobierno del alcalde Martín Galán nos brinda. Qué lástima de programa popular, que el pueblo votó mayoritariamente cumplir; qué castigo para los villaodonenses tener que aceptar al tercero de la lista popular como trampantojo de una experimentada Martínez.
Al menos, ya sabemos que el alcalde Martín Galán se dedica a vigilar a uno o a varios concejales. También sabemos que ese puesto de vigía, junto con tabernas y terrazas, comparten la culpa de que no avancen, en general retrocedan y casi siempre se abandonen tantos asuntos, proyectos y propiedades municipales.
Propiedades municipales como el cadáver del hospital oncológico, que ya en abril recibió un presupuesto rondando el millón de euros para que el alcalde Martín Galán y el teniente Lucero lo derribaran, y a día de hoy ni lo han hecho, ni lo han retuiteado.
Mientras tanto, los medios de comunicación que el munícipe sustenta con publicidad institucional, se han prodigado en difundir el peculiar orgullo de contar, a su particular parecer, con un buen sitio para actividades de ocio múltiples. Mostrando de modo público, y publicitado, que al CITO era posible acceder a realizar actividades de las que "rentan", de las de amiguis e instragramers, con muchos "likes" en redes sociales, esas que nos son tan comunes en el concejo desde que nos malgobierna el alcalde Martín Galán.
Y para que no culpemos a la prosa de la falta de conocimiento, uno de los medios explicitaba "Desde que se abandonó, las ruinas y obras del edificio sí estuvieron valladas durante un tiempo y no se podía acceder, pero desde hace años, a pesar de la adquisición de la propiedad por el Ayuntamiento, cualquiera puede entrar libremente. Es un lugar frecuente para la grabación de videoclips, botellones, así como un «templo» para carreras de drones a las que acuden incluso pilotos del extranjero." Y otro de nuestros medios titulaba "El cito y los drones… La utilidad de un desastre" apostillando "Es agradable ver que, de un icono del ladrillazo, salen cosas buenas y que las nuevas generaciones saben aprovechar hasta los errores del pasado, consiguiendo que unas ruinas abandonadas se transformen en un circuito de carreras de carácter mundial." Y mientras tanto, el alcalde Martín Galán de vigía e instagramer. ¡Vaya vista!
Y por este año este afilador no tiene ya nada más que añadir, esperemos que los Reyes Magos traigan a todos, especialmente a los afectados por las ruinas del hospital, salud y paciencia . Para nuestro alcalde Martín Galán a los Reyes Magos les pedimos laboriosidad, comprensión lectora, un reemplazo para el teniente Lucero y que vea en las luces de nuestra avenida la senda hacia la biblioteca y no hacia una taberna •