Con Rivera… ¡No!

Redactado por: Julian Calvo
18-10-19

A  más de uno nos llamó la atención aquella consigna gritada en Ferraz nada más conocerse la sorprendente victoria del partido de Sánchez. Y surgía la inevitable pregunta: ¿A quien puede no interesarle algo tan europeo y moderado como una social-democracia, antes que esta estéril incertidumbre que se nos venía encima?. Visto el percal, alternar con un centro-izquierda que no ceda a los independentistas, es una alternativa muy razonable para sacarnos de este bloqueo devorador de recursos que arrastramos desde el 28 de Abril y que mantiene a la sopa boba a un ejecutivo y a unas cámaras de representantes, posiblemente y en parte, porque el presi, sobrevaloró la cantinela y ahora se ve coartado por aquel clamor del gentío eufórico, sin tener en cuenta que se bastan cuatro agitadores para cambiar el destino de un país a golpe de consigna. Es evidente que la mayoría de socialistas no desean este bloqueo.

Parece mentira, que a pesar del cambiazo que ha pegado este universo mundo en garantías sociales, pluralidad política e igualdad, sigan funcionando estrategias leninistas de sabotaje al sistema como el agitprop gestado en el S XVIII para la movilización del proletariado y campesinado. Si a ello le sumas los rumores maliciosos e infundados, las verdades a medias y la versión histórica reciente del cine subvencionado, pues tal siembra cubre de cizaña una sociedad ya cansada de bregar para tanto geta con tanta manipulación. Unas gotas de agitación bastan para mantener a la sociedad inestable a merced de los oportunistas que ninguna oportunidad tienen fuera del follón. Vemos todos los días cómo a través de los medios nos bombardean las emociones con escuetos mensajes que tratan de mover a la acción, incluso intimidatorias y violenta como los impartidos por los CDR catalánes. Un marketing de masas que trata de barrer para casa cuota política, y porqué no decirlo, de paso, de poder y dinero `para sus figuras y palmeros.

Nuestro presidente en funciones no se entiende con ningún flanco político, si bien, por origen ideológico, parece que lo natural sería por la izquierda, pero tampoco… carga la culpa de ello sobre el líder de la ultra izquierda más votada: Pablo Iglesias “que ha impedido – dice Sánchez – un gobierno socialista dos veces en 2016 y dos en 2019”.

La nefasta herencia dejada por Zapatero, la crisis en la Ejecutiva Federal, las airadas dimisiones socialistas, hasta del propio Sánchez y la peste que hedía la ejecutiva andaluza, , indujeron a finales de 2016, a que ya muchos diesen por difunto al histórico partido fundado por el marxista Pablo Iglesias, aunque hoy en día, al menos en teoría, es un partido de centro-izquierda. Y ahí parece que quiere mantenerlo el Sr. Sánchez, pero con sello personal.

Quizás haya leído el Sr. Sánchez algo de historia y sepa de aquel Frente Popular de 1936 conglomerado de todas las izquierdas en que la más radical pasó de ser inquilina a ser okupa a golpe de agitación, y que con el apoyo de “aquel hijo de puta” – y lo dice Pérez- Reverte – llamado J. Stalin y sus aprendices españoles, “expertos en liquidación de compatriotas disidentes” – también lo dice el académico –, todo aquello acabó como el rosario de la aurora. Y claro, esto le quita las ganas a cualquiera. Además, que Sánchez quiere algo como más personalista y personalizado, y del NO es NO, no hay quien le saque. Pero hombre… de compartir el gobierno con radicales a pactar con moderados, hay todo un ejercicio de coherencia. En alguna parte de las buenas voluntades debió de ser posible un acuerdo. Algo ha fallado. Quizás mucha política y poco entendimiento.

La sociedad perfecta, aún no está inventada, lo que está claro, es que es más saludable y grato, vivir en una en que la convivencia no esté marcada por la insufrible tensión política, donde iras y pareceres, dimes y diretes adquieren un peligroso punto de inflamación.

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