Muertos de miedo

Redactado por: Julian Calvo
18-02-18

Auschwitz 1944, en aquel invierno áspero, el Dr. Frankl, vestido con el humillante atuendo que identificaba a los judíos, entraba y salía de los barracones que albergaban hacinados a los desesperados prisioneros de aquel campo de concentración, dándoles, consuelo con sus palabras llenas de vida y esperanza junto al último mendrugo de pan de su ración. Con ello, demostró este gran psiquiatra austriaco –padre de la logoterapia– que nos pueden arrebatar todo menos una correcta actitud. Que el motor de la vida es el sentido que demos a esta. Nos pueden quitar todo salvo la actitud para elegir nuestro camino.

Pronto se dio cuenta que ello era precisamente de lo que carecían esos carceleros, que les gritaban, maltrataban hasta la muerte con una brutalidad inhumana. La fe, la confianza, no vivía en aquellas bestias uniformadas, y por tanto, carecían de todo sentido positivo de la vida. Y ello a pesar de su disciplina aria, su poder y sus armas, estaban muy asustados, por eso se comportaban de esa despiadada manera.

El miedo no sólo conduce a la huida, también al ataque en una histeria irracional, neurótica y desordenada que llega hasta el asesinato de los semejantes más allegados, como le aconteció a Robespierre tras la Revolución Francesa, que llegó a aniquilar a gran parte de sus jacobinos y amigos, guillotinados por miles, o como sucedió a Stalin exterminando a su propio pueblo durante su Gran Purga de 1932 en 23.000.000 de personas, o como acaeció durante el régimen de Mao sobre 1949 con más de 70.000.000 de hombres mujeres y niños aniquilados, que baten el triste ranking de Hitler, responsable de la muerte de 19.000.000 de seres humanos, con la diferencia que los dirigentes rusos y chinos, liquidaron multitudes en tiempos de paz en loor del socialismo redentor de libertades. Increíble, pero rigurosamente cierto. Algo semejante se inició en Madrid en los más oscuros tiempos de la II República, antes de estallar la lamentable Guerra Civil. (Hay memorias históricas que es preferible envainárselas por no dar pábulo al dolor o a un nuevo enfrentamiento social).

¿Por qué los grupos radicales de todo lugar del planeta son los más violentos y asesinos? ¿Por qué no les importa repetir las más negras páginas de la Historia? Sencillamente porque sólo se quieren a sí mismos, y para reafirmarse tratan de imponer su particular credo. Y por esa racionalidad universal que todos poseemos, saben que su libertad está pagada con la muerte, la represión y el sufrimiento de otros. Por tal, alcanzados sus objetivos, la conciencia profunda acaba por elevar su miedo hasta niveles de terror, fruto de la ansiedad, cometiendo insensateces criminales opuestas al sentido de la vida.

Contradecir la verdad natural da miedo y los que saben que no está con ellos, se hacen hostiles y antes de matar mueren de miedo. Porque el miedo es eso, no saber cómo actuar, ni qué es lo correcto o bueno para todos, tratando de sofocar lo que ellos consideran malo, con males aún peores, como el intento de aniquilar la mismísima libertad, degenerando la prudencia hasta no ser capaces de enfrentarse a las consecuencias de sus irresponsables actos, directos o delegados, estado llamado cobardía, que por definición nos niega todo valor.

jcalvom@hotmail.es

.

inicio

contacto

aviso legal

Asociación Cultural Círculo de Opinión.
gestión de cookies
webNEWS || fotos Pexels || iconos 8
ACCESO