Rosalía, licenciada en cante flamenco por la escuela superior de música de Barcelona

Historia de una joven artista,  catalana de pura cepa, que a los 13 años se enamoró de la voz y el lamento de Camarón de la Isla

Redactado por: Julián Navarro
18-12-18

La realidad, que es muy tozuda,  le ha dado una lección al honorable Quim Torra, nacionalista, separatista, republicano, el hombre que está convencido de la supremacía de los catalanes  sobre la mayoría de los españoles. Al “president”, que quiere partir en dos a Cataluña, se le habrá atragantado que una joven  de 25 años, catalana por los cuatro costados,  Rosalía Vila i Tobella, triunfe, de la manera más rotunda, con su peculiar manera de interpretar el flamenco, alma de  Andalucía. Es una demostración de que la fuerza del sentimiento es superior a la ambición, ceguera y falsedad de algunos políticos. Cataluña ha sido y será lugar de acogida para andaluces, extremeños, castellanos, murcianos, quienes han trabajado y echado raíces en la bella y laboriosa tierra de  Antoni Gaudí, Pau Casals y Salvador Dalí, una tierra que los llamados peyorativamente “charnegos” (emigrantes castellanoparlantes  nacidos fuera de Cataluña), defienden como suya. Por eso, la bella Rosalía, dice que no sólo se siente catalana, sino también española y universal porque la música es de todos y no sabe de fronteras.

La historia de Rosalía es la historia de una niña soñadora a quien la música ha elevado a un éxito, nacional e internacional, como no se ha conocido hasta ahora. Desde su infancia tarareaba todo y tenía una excepcional facilidad para repetir las canciones que escuchaba en la televisión. Las clases de canto y música eran las que más le gustaban en el colegio. Quizá perdida en un mar de folclore tan variado como el español en general y el catalán en particular, no había llegado a seleccionar una dirección para seguir adelante. Pero cuando tenía 13 años, de manera casual, transitando por una calle de su bello pueblo barcelonés, San Esteban de Sasroviras, halló el camino que buscaba. De los altavoces de un automóvil que estaba parado en una esquina con los cristales de las ventanillas delanteras bajados, partía una canción que no había escuchado nunca. Parecían gritos y  quejidos lastimeros. Se acercó, y la voz  inconfundible y dolorida de Camarón de la Isla le traspasó el corazón y el alma.

- Es muy difícil de explicar lo que sentí en aquel momento. Algo así como un flechazo que me golpeó y me caló a fondo. Era  lo que yo buscaba sin saberlo, una manera de expresar mis sentimientos.

“Es un volcan de ideas” dice Miguel Poveda

¿Cómo canta Rosalía? Es muy difícil contarlo. Resumiendo podría decirse que muy bien y de manera distinta. Con la verdad. Y habría que añadirle: a veces con dolor y sentimiento. Y también a veces, con dulzura y con gracia. Siempre sorprende. Dicen que toda ella es música. Que cuando habla, cuando sonríe, cuando entorna sus bellos ojos en silencio, también está cantando. Y que en muchas ocasiones hasta le sobra el acompañamiento de la guitarra, que solapa matices de su voz pura y cristalina, una voz que recuerda en algunos momentos la de la Niña de la Puebla, gloria del cante histórico. Sobrada de técnica, lo mismo canta y baila “pop” urbano, acompañada por coros de voz y danza, que se transfigura para evocar cantes jondos antiguos. Hierática al lado del micrófono y de su guitarrista, se concentra, el público ni respira en un respetuoso silencio y ella, sentada en una silla humilde, expande su voz o su “quejío” con la solemnidad de un acto religioso. La ovación final es siempre atronadora.

Pero esta artista no ha surgido por generación espontánea. Además de estudiar Composición y varios cursos de  violoncello, durante siete años cursó la carrera en la cátedra de Flamenco de la Escuela Superior de Música de Cataluña, dependiente de la Universidad de Barcelona. Su maestro, investigador e intérprete de cante jondo,  José Miguel Vizcaya, “Chiqui de la Línea”, dice de su alumna:

- Era una esponja. Todo lo absorbía. Todo le interesaba. Canta, baila, compone, produce sus propios discos, es perfeccionista, guapa, inteligente…no hay palabras suficientes para definirla.

Por su parte, Miguel Poveda, otro flamenco y actor nacido en Barcelona, que la llevó como telonera hace años,  también la considera algo fuera de lo común.

- Es un volcán de ideas, además de tener un estilo muy personal.    

Rosalía, que sólo ha grabado dos discos, “Los ángeles” y “Malamente”, está tocando la cumbre. El periódico francés “Liberation” afirma: “Con ella se ha producido la explosión del flamenco”. Y el británico “The Guardian”, tras una actuación de Rosalía en Londres, escribe: “Algo desconocido hasta ahora y que no tiene parangón”. Y un crítico español apostilla en una emisora de radio, emulando al escritor taurino del siglo pasado Gregorio Corrochano: “Viene con la goma de borrar”.

Reaccionan los gitanos

Alguien (dicen que un cantaor calé) puso en circulación este eslogan: “Rosalía, ni andaluza gitana, es catalana”. Es difícil saber si se trata de un elogio o de una censura. Ante la avalancha de opiniones que ensalzan el arte de Rosalía, los cantaores  gitanos y algunos representantes políticos de esta etnia que lleva más de 600 años recorriendo los caminos de España, reivindican para sí la paternidad del cante jondo que surgió en varias comarcas españolas de Andalucía, Extremadura y Murcia durante los siglos XVIII y XIX. Pero los artistas payos (que no son gitanos) consideran que este arte de cante, toque y baile, pertenece a las clases populares que lo alimentan, sean o no gitanos. ¿Qué quiere significar el que Rosalía no sea gitana? ¿Que con su cante no puede expresar un sentimiento de dolor semejante al que exterioriza la población romaní? ¿O se trata de un elogio por parte de los aficionados catalanes que se enorgullecen de que una paisana iguale o supere el arte de los cantaores andaluces y gitanos?

Rosalía, ajena a las  discusiones surgidas tras su éxito, es contundente:

- El cante jondo no es de nadie y es de todos. Se trata de un tipo de cante popular de “profundo sentimiento”, como aclara el diccionario de la Real Academia Española de la Lengua, que se ha ido desarrollando en España con el paso de los siglos. Hay matices de melodías africanas, hebreas, castellanas, gitanas, moriscas…Y cada cual puede interpretarlo con emoción y sentimiento.

Pero esta artista apunta alto y su curiosidad por explorar todo lo relacionado con la creación no tiene límites. Por ejemplo, Pedro Almodóvar la llamó para ofrecerle un pequeño papel en la película “Dolor y gracia” que ha terminado de rodar, protagonizada por Penélope Cruz y Antonio Banderas. Rosalía dijo que sí.

- Me interesaba ver cómo se realiza el cine entre bastidores. Almodóvar es un gran director que lleva todo hilado, organiza, manda y no duda, sabe lo que quiere. Y estar al lado de Penélope Cruz ha sido una experiencia inolvidable.

 

Aunque le gusta todo lo que sea creación y monta coreografías, escribe letras para sus canciones o investiga la obra de los antiguos cantaores, lo suyo es el escenario y emocionar al público.

- El aplauso y comprobar la unión de la gente contigo es lo que te da fuerza para avanzar. Yo voy más allá del flamenco y no sé dónde pararé. Lo que tengo claro es que me queda mucho por hacer.

Rosalía termina con estas palabras:

- Como artista y como mujer, mi camino es la libertad.

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Primer plano de Rosalía, renovadora del flamenco.

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La cantante Rosalía con Pedro Almodóvar, con quien ha debutado en el cine en la película “Dolor y gracia”.

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