Bustamante y Paula, las ilusiones perdidas

Pese a que han querido salvar su matrimonio, se les ha desmoronado como un castillo de arena

Redactado por: Julián Navarro
18-03-18

Mientras en Bombay el santón hindú Babar Navaka recibía al año 2.000 con esencias de incienso y sándalo y proclamaba que había llegado “El siglo de la Esperanza” que acabaría con guerras, enfermedades y  hambrunas en todo el mundo, en San Vicente de la Barquera y Candás, villas marineras de la costa cantábrica española, dos jóvenes, que no se conocían, también echaban a volar sus sueños y confiaban en que el nuevo siglo les traería un futuro pleno de éxitos y riqueza. El evenciano se llamaba David Bustamante Hoyos, tenía 17 años, trabajaba de albañil, quería ser cantante y por las noches recibía lecciones de música. La candasina, Paula Echevarría Colodrón, había cumplido 22, estudiaba arte dramático y regresó a Asturias después de una larga temporada en Londres donde aprendió el idioma inglés.

Con el transcurrir del tiempo llegó el éxito que esperaban fruto del trabajo y la constancia, pero también algo que no deseaban y que entra en el misterio del futuro indescifrable de la existencia: el sufrimiento. El destino no sólo les había reservado el momento mágico que cambia el rumbo de una vida, el instante feliz que todos llevamos oculto en la mochila y que surge un día inesperado, sino también el dolor por las ilusiones perdidas para siempre. En lo que no se equivocaron fue en las bienaventuranzas que les depararía el año 2001. A los dos se les abrieron de golpe las puertas de la fama. A David con su tercer puesto en el pódium de Operación Triunfo y a Paula en la televisión con la serie “Al salir de clase”.

Mucho habrían de rodar hasta que se encontraron por primera vez. A Paula Echevarría le gustaba aquel cantante de anchas espaldas que se emocionaba con los aplausos, con el beso de una mujer o la caricia de un niño, hasta el punto de no poder sujetar las lágrimas. David Bustamante se había convertido en Bustamante a secas, según el título de su primer disco, o en “El Busta”, como le aclamaban en centenares de conciertos sus miles de admiradoras. Y a David también le gustaba aquella joven actriz, guapísima, que hacía el papel de policía en la serie de televisión “El Comisario”. Pero se gustaban a distancia, sin pensar ni un acercamiento, ni en buscar alguna persona que los presentara. Para ambos el primero y casi único impulso que los movía era progresar en sus trabajos. David estudiaba solfeo, piano, canto, y Paula dicción, mímica, expresión corporal, todo aquello que fortaleciera su carrera artística.

Coincidencia en Lanzarote

Pero el ángel del amor, que no descansa, coincidió un día de 2005 con Paula y Bustamante en un hotel de Lanzarote. David había ido con el equipo de su casa de discos a realizar una sesión fotográfica. Y Paula, a quien acompañaba una amiga, a descansar unos días después de un rodaje agotador. Las dos chicas vieron a los fotógrafos con un muchacho joven en bañador cerca de la piscina y les picó la curiosidad. “¡Anda, si es Bustamante!” dijo Paula. Se acercaron y la actriz le pidió una foto con su amiga. David le contestó: “Con mucho gusto, pero a cambio tú tienes que posar para otra foto conmigo”. Durante unos segundos, los ojos color miel de Paula se enredaron en la mirada de David Bustamante. Cuando se cruzan las miradas de un hombre y una mujer que se desean, transmiten unos mensajes que traspasan el cuerpo y llegan directamente al corazón. Meses después, cuando ya se había hecho oficial su noviazgo, Paula reveló en una entrevista:

-Desde que nos miramos supe que iba a ser el hombre de mi vida.

Eligieron para su gran día el mejor escenario, el santuario de Covadonga, donde la leyenda dice que fue el mismísimo don Pelayo quien descubrió la impresionante cueva del monte Auseva en la que un ermitaño rendía culto a la Virgen María, la popular Santina que veneran todos los católicos, en especial los asturianos. Se casaron el 22 de julio de 2006 y según predijo una vieja echadora de cartas que se coló entre los invitados, “este matrimonio no será para siempre porque empieza con dolor”.

Se refería al pie vendado de David Bustamante, quien dos días antes de la ceremonia, en la despedida de soltero, pisó los cristales de un vaso roto y se cortó un nervio, por lo que tuvo que ser operado de urgencia y acudir a su boda con un bastón. Pese a este incidente, se les vio enamorados hasta los huesos. Paula y David invitaron a todos los medios de comunicación que desearan asistir y el enlace se convirtió en una noticia nacional en prensa y televisión. Aquel día, todos los chicos envidiaron al cantante y las chicas a la actriz. Eran dos ídolos de moda.

En agosto de 2008 nacio Daniela

Fue una hija deseada y esperada. Paula dio a luz a Daniela el 7 de agosto de 2008, dos años después de la boda. La felicidad no le cabía en el cuerpo a Bustamante y lo pregonaba a los cuatro vientos.

-Ser padre me ha convertido en otro hombre. Es grandioso. Estoy dispuesto a comerme el mundo. Me gustaría tener varios hijos, tres o cuatro.

Paula no era de la misma opinión y dijo que “con Daniela ya tengo bastante”. La gestación le había retrasado varios proyectos. Estando embarazada rodó dos filmes con  José Luis Garci, el director que por primera vez ganó un Oscar con una película española. Garci quiso aprovechar la belleza de Paula Echevarría y la convirtió en protagonista de “Luz de domingo” en 2007 y “Sangre de Mayo” en 2008, con la que se rendía un homenaje al pueblo español en el 200 aniversario del levantamiento contra las tropas de Napoleón al iniciarse la Guerra de la Independencia.

La vida de David y Paula transcurría supuestamente por el camino de la felicidad hasta 2013 cuando, una noticia encendió las alarmas. Los dos firmaron un convenio con las capitulaciones en caso de separación matrimonial. Aunque dijeron que se trataba de un documento previsor, sobre todo en beneficio de la hija de ambos, se supo que la armonía conyugal se iba deteriorando poco a poco.

“Ser padre me ha convertido en otro hombre. Es grandioso. Estoy dispuesto a comerme el mundo. Me gustaría tener varios hijos, tres o cuatro.

Una vez más se tambaleaba un matrimonio de artistas del espectáculo. Como la mayoría. Estrés, viajes, fama, celos artísticos, dinero abundante, relaciones imprevistas…todo ello forma un cóctel explosivo que mina la convivencia. Bustamante se mostraba irascible con los periodistas cuando inquirían noticias de índole personal. Por su parte, Paula disimulaba mejor. Incluso escondía la realidad con una sonrisa, como cuando besó a su marido ante los fotógrafos durante la Primera Comunión de Daniela.

Pero llegó un día en que la sonrisa de Paula se tornó en llanto. Fue el 5 de abril de 2017, durante la presentación de un perfume. Se derrumbó con la presión de los periodistas, se le llenaron los ojos de lágrimas y respondió: “Sí, ocurren cosas en mi matrimonio”.

El pasado año fue un camino tortuoso y lacerante en busca de una solución imposible. Tanto David como Paula deseaban volver a los tiempos del amor sin fin, de la entrega mutua sin condiciones.

No lo lograron. Las razones íntimas sólo ellos las conocen. Día a día han ido dando pasos de alejamiento. Desde hace dos años la sombra del divorcio los ha perseguido, implacable, tenaz, segura de su victoria. Paula se ha dejado ver junto a un guapo futbolista. Bustamante junto a una modelo, aunque el cantante ha colgado este mensaje en las redes sociales: “Mi chica favorita es mi hija Daniela”

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David Bustamante y Paula el día de su boda. Un recuerdo ya lejano.

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Paula Echevarría en la serie de televisión “Velvet”, uno de sus grandes éxitos como actriz.

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