Álvaro Sanz, ganador de un prestigioso premio de diseño industrial

El villaodonense Álvaro Sanz Lázaro de 28 años, diseñador industrial especializado en transportes e ingeniero industrial, se ha proclamado ganador este pasado mes de enero del . “Design Challenge de Grupo Antolín”.

Desde niño sonó con convertirse en diseñador de automóviles y después de años dedicados al estudio lo ha conseguido, ya que la empresa burgalesa convocadora del premio le ha acogido en su plantilla. 

Estudió el Grado bilingüe en Ingeniería Mecánica en la Universidad Carlos III de Madrid para, desde allí pasar a cursar el tercer año de carrera en la Universidad de Kentucky gracias a un convenio de Movilidad Internacional. Una beca Erasmus le permitió presentar el Trabajo Fin de Carrera en la Universidad de Lorraine en Metz, Francia. Después llegó el Máster en Ingeniería Industrial, trabajó como ingeniero durante un año, pero esta actividad no le atrajo y decidió perseguir su sueño de niño, convertirse en diseñador de automóviles.

Desde niño dibujó coches en los cuadernos de infantil, por lo que ya que iba a tener que pasar la mayor parte de su vida trabajando, quería hacerlo en algo que le apasionara. Por ello decidió estudiar Diseño Industrial en la Universidad de Umeå, Suecia. Cuando terminó en Suecia, Álvaro Sanz realizó el Master en Styling y Diseño del Concepto del Automóvil de la Universidad Politécnica de Valencia, donde acaba de terminar tras presentar como Trabajo de Fin de Máster un tren de levitación magnética para el corredor mediterráneo en colaboración con la firma Stadler.

Cuando estalló la pandemia y comenzó el confinamiento, regresó de Valencia a Villaviciosa donde básicamente ha realizado todo el diseño del Antolín Vivar, que es el concepto con el que ha ganado el concurso. De hecho gracias al encierro vivido tuvo en cuenta cuestiones importantes, como la iluminación natural, lo que ha permitido que este concepto haya jugado un papel principal en el diseño del coche, intentando crear una conexión con el entorno, que los pasajeros puedan disfrutar del exterior estando en un habitáculo que no dé la sensación de ser completamente cerrado ni agobiante.