Micorrizas

Redactado por Marcelo Aroca
18-11-22

Se conoce por Micorrizas a las asociaciones simbióticas (asociación íntima de organismos de especies diferentes para beneficiarse mutuamente) entre los hongos y las raíces de las plantas vasculares.

La primera vez que se usó el término Micorriza, fue gracias al botánico alemán Albert Bernard Frank a finales del siglo XIX y viene a tener un significado equivalente a “hongo- raíz”, y se comporta como una relación en la que se benefician mutuamente (simbiosis) el hongo subterráneo (micelio) con las raíces de una planta. Las micorrizas están presentes en muchos de los grupos de plantas terrestres, aunque en este caso nos vamos a referir especialmente a los árboles.

En la propia Simbiosis Micorrízica, se establece un intercambio de nutrientes y agua por carbono entre el hongo formador de micorrizas y las células jóvenes de las raíces de la mayoría de árboles y plantas, lo que facilita su crecimiento y a la vez enriquecen el suelo

¿Cómo actúan las Micorrizas con los árboles?

Los dos tipos principales y más conocidos son las Ectomicorrizas y las Endomicorrizas y cada tipo se caracteriza por cómo es la interacción entre las hifas del hongo con las células de las raíces de los árboles y plantas.

En las Ectomicorrizas, los filamentos (hifas) que forman el cuerpo vegetativo del hongo (micelio) desarrollan una envoltura a modo de manto que recubre las raíces más delgadas del árbol, aunque no llegan a introducirse en la estructura interna celular de dichas raíces. Se estima que en la naturaleza las ectomicorrizas vienen a suponer un 10% de los distintos tipos de micorrizas y se suelen dar principalmente en pinos, abedules, hayas, álamos, chopos, eucaliptus, castaños, robles, encinas, brezo, madroños, etc. Y los hongos que forman estas micorrrizas son en general los que más conocemos ya que sobresalen del suelo, tales como Basidiomycetes (Boletus, Amanitas, etc.), en su mayoría y algunos Ascomycetes, como los del género Tuber (trufas), no visible y creciendo bajo el suelo.

En las Endomicorrizas, las hifas del hongo sí penetran dentro de las células de las raíces del árbol y se da una relación muy estrecha hongo-árbol. En esta ocasión, existen además otros tipos que se muestran específicamente con determinadas especies de plantas, así podemos ver; micorrizas arbusculares, micorrizas ericáceas, micorrizas orquídeas, etc. y se suelen dar prácticamente en un 80% de las especies de plantas conocidas. Este tipo de micorrizas es el más frecuente y el que está más extendido, fundamentalmente se da en árboles de las zonas tropicales y algunos árboles de bosques templados, como arces, fresnos, algunas coníferas como araucarias y además la mayoría de las plantas arbustivas y herbáceas se benefician de este tipo de asociación. En este caso, son hongos inferiores (hongos que no son visibles a simple vista), tales como los Zygomycetes los que forman las endomicorrizas.

¿Cuáles son los beneficios de las micorrizas?

Son múltiples, pero de forma resumida destacaremos los siguientes:

• Favorecen fundamentalmente el crecimiento del árbol y a la vez proporcionan una mayor ramificación de sus raíces.

• Al desarrollarse mucho más las raíces del árbol, se puede alcanzar mayores distancias para conseguir fuentes de alimento y agua donde las raíces anteriormente no llegaban.

• También se incrementa las absorción de nutrientes del suelo, especialmente nitrógeno y fosforo, que favorecen la absorción del agua y hacen que el árbol padezca con menos rigor las carencias periódicas de agua.

• Facilitan una mayor resistencia a otros hongos patógenos que podrían producir enfermedades a las propias raíces del árbol, ya que los hongos micorrizicos actúan de barrera protectora en las raíces, haciéndolas más resistentes a posibles enfermedades.

• La estructura subterránea que forman las hifas del hongo y las propias raíces del árbol de esta forma se ve reforzada y proporciona una mayor estabilidad al crecimiento del árbol, ya que los efectos hormonales que se dan sobre las raíces las permiten desarrollarse mucho más y en consecuencia el propio desarrollo de todo el árbol.

• Las micorrizas aumentan la resistencia a los componentes tóxicos presentes en el suelo, en el ambiente o en situaciones límites (p.e. aumento de salinidad en el suelo, etc.)

Recordad, las micorrizas presentan un enorme valor ecológico y son la vía fundamental a través de la cual los árboles y las plantas captan y almacenan el carbono atmosférico en el suelo en forma de dióxido de carbono que es el principal gas responsable del efecto invernadero y que está originando un cambio climático progresivo. Sí micorrizamos los plantones jóvenes de árboles, en un futuro una vez plantados, ayudaran a mejorar el suelo, controlarán el excesivo uso de fertilizantes y sustancias químicas y regularán cualquier tipo de contaminación del suelo proporcionándole un uso del mismo mucho más orgánico.

En consecuencia, para la próxima vez que vayáis caminando por el bosque donde lo más habitual es ver lo que sucede a la altura o por encima de los ojos (pájaros, plantas, árboles, etc.), considerad, lo que no se ve, lo que hay en el suelo y debajo del mismo, las hojas y el musgo que lo tapizan y sobre todo entretejida con las raíces de los árboles, hay una fascinante red microscópica de hongos •

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