La plaga dominguera y la Filomena castigan duramente el Forestal

Más de tres meses han transcurrido desde que el Forestal fue asolado por la tormenta Filomena que nos trajo una nevada como hacía más de 100 años que no se había visto por estas latitudes, y sus efectos, cien días después, siguen siendo más que visibles.

Árboles derribados, ramas rotas que siguen cayendo al día de hoy de forma peligrosa para los paseantes, y que según parece y al ritmo que lleva el Ayuntamiento en recuperar la fisonomía de esta joya, tardarán años en verse los frutos.

Pero como dicen que las malas noticias no vienen solas, a la catástrofe de Filomena hay que añadir la aparición de una nueva plaga, los domingueros, que en cuanto ha llegado el buen tiempo aparecen como las setas en otoño, infectando con sus coches, su basura y sus excrementos humanos todo el entorno del Forestal y el propio Forestal.

Nos invaden con sus bicis, pese a estar prohibido; se traen sus tortillas para disfrutar de la naturaleza, pese a estar prohibido; nos dejan sus desechos por todos lados, también en alguna papelera que abarrotan, y como todos somos humanos cuando la necesidad aprieta también nos dejan sus restos orgánicos a modo de ingrato recuerdo.

La presión que está ejerciendo esta nueva plaga “los domingueros” sobre el Forestal, sin ningún control por parte del Ayuntamiento, está afectando gravemente a todo el frágil ecosistema de nuestro ForestalO se regula de forma drástica este abuso al que está siendo sometido, o pronto no hará falta que esos vecinos que se preocupan por mantener el Forestal vivo lo sigan haciendo, se habrá convertido en un estercolero maloliente y arrasado.